martes, 30 de mayo de 2023

Adorando a Dios incluso cuando todo sale mal. - Ps. Emmanuel Salazar

Habacuc 3:17-18 “Aunque no den higos las higueras, ni den uvas las viñas ni aceitunas los olivos; aunque no haya en nuestros campos nada que cosechar; aunque no tengamos vacas ni ovejas, siempre te alabaré con alegría porque tú eres mi salvador”

Lo confieso, no es fácil, pero Dios en su infinita gracia, nos permite pasar por pruebas que nos ayudan a alinearnos a sus propósitos eternos, a Él toda la gloria.
Siendo así, no debemos permitir que las circunstancias arruinen la calidad de nuestra Adoración.  Piénsalo, si tu nivel de Adoración (y debemos sacarnos el concepto de que Adoración es cantar, solamente) depende de tu estado de ánimo, entonces son las circunstancia que determinan tu relación con Dios.

El hito que debemos alcanzar es que nuestra Adoración y relación con Dios sea constante no importa la circunstancia. 
Hechos 16:23-26
23 Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. 24 El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo.

25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. 26 Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.
Cuantas veces nos han contado esta historia mal, nos han dicho que el cantico fue lo que indujo el terremoto, la verdad es, en circunstancias agradables es bueno alabar a Dios, cuando todo nos va bien, es agradable alabar a Dios, pero, ¿has evaluado tu Adoración en las peores circunstancias? Hermano el gozo solo viene desde adentro, y es un regalo disponible para todos los cristianos en todo momento. Bendecir genuinamente al ofensor, bendecir genuinamente la causa de la tristeza, darle gracias al creador porque a pesar de no entender, sabemos que eso obra para bien.

Job dijo en el capítulo 2 verso 10, Si de Dios sabemos recibir lo bueno, ¿no sabremos recibir también lo malo?
Cuando mi esposa me ve triste, me recuerda esa palabra, cuando yo la veo triste, le recuerdo esa palabra, cuando veamos a un hermano triste recordemos esa palabra.
Ojala podamos decir como el salmista en el 24 “Aunque ande en valle de sombra de muerte,  no temeré mal alguno,  porque Tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento”

O como Pablo en Romanos 8:38-39 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, Ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.


 

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