TEMA 3. LA MAYORDOMÍA DEL DINERO

 

    Ps. César Rojas

  Base Bíblica:

  • Tito 1:7
    Proverbios 10:22

 
 

“Convertirse hasta con el bolsillo” 
La mayordomía del dinero.
 
    Verdad Central: Los creyentes deben considerar sus posesiones Como UN regalo de parte de Dios, y dedicarlas a su servicio.
 
    Algunas consideraciones previas de importancia:
- Toda riqueza que tengamos, desde un vaso de agua, hasta una propiedad son de Dios y nosotros debemos administrarlos con sabiduría, poniéndolas a disposición de él.
- ¿Qué representa el dinero? Trabajamos una cantidad de horas por día, gastando tiempo y vida ¿Para qué? Para recibir un sueldo o jornal. Es parte de nuestra vida; invertimos tiempo, para recibir dinero. El dinero representa vida. Cuando damos dinero, damos parte de nuestro tiempo y vida.
- ¿Condena la Biblia ganar dinero? ¡NO! Pero si enseña que debemos ganarlo con honradez
Proverbios 10:22
Reina-Valera 1960
22 La bendición de Jehová es la que enriquece,
Y no añade tristeza con ella.
- ¿El dinero es la raíz de todos los males? ¡NO! El amor al dinero si lo es, (1 Tim. 6:7) En resumidas: “El dinero está bien puesto en la billetera, pero mal puesto en el corazón”
- ¡Dar dinero bien ganado es dar parte de nuestra vida!
 
    I. Somos mayordomos de nuestro dinero
    Las enseñanzas de la Biblia acerca del dinero, de las riquezas o posesiones materiales son abundantes y claras. Es hasta evidente que los cristianos y cristianas somos mayordomos de nuestro dinero. El dinero que obtenemos como ganancia representa nuestro tiempo, nuestro trabajo, nuestra inteligencia y nuestros talentos. De manera que cuando somos buenos mayordomos del dinero, prácticamente, lo estamos siendo de todo.
    Básicamente hablando, somos responsables de dar cosas con referencia a nuestro dinero. Son estas:
¿Cómo ganamos u obtenemos nuestro dinero?
¿Cómo empleamos o gastamos nuestro dinero?
    No sólo somos responsables de una sino de ambas cosas. No podemos ser buenos en una y malos en otra. La mayordomía lo abarca todo. Veamos, entonces, lo que el cristiano debe hacer con su dinero:

    II. El cristiano y cristiana debe dar:
    La ofrenda que le traemos a Dios, a su casa o templo y para el sostén de su obra, una parte del dinero que hemos ganado con nuestro trabajo. Ofrendar debe ser un acto de adoración. Y debemos ofrendar por gratitud, por sentido de responsabilidad y con voluntad y gozo.
    En el Antiguo Testamento, a los judíos se les enseñó dentro del sistema levítico del culto a Dios, a traer los “diezmos al alfolí”.     Los diezmos, además de ofrendas y primicias eran para el sostén del culto y para el mantenimiento de los levitas. En el Nuevo Testamento siempre se enseña el deber de ofrendar, pero el principio es más bien a darnos por entero a Dios: cuanto somos, cuanto tenemos y cuanto podemos. Jesucristo dijo: “De gracia recibisteis, dad de gracia” - Mateo 10:8.
    Pero el Apóstol Pablo, quien abunda en instrucciones prácticas y de principios sobre el ofrendar cristiano, dice él: “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas” – 1 Corintios 16:2.
    “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”. – 2 Corintios 9:6-7.

    III. Un modelo de ofrendar: La Ofrenda de la Viuda.
   
    La ofrenda de la viuda - Marcos 12:41-44 (NVI)
Jesús se sentó frente al lugar donde se depositaban las ofrendas, y estuvo observando cómo la gente echaba sus monedas en las alcancías del templo. Muchos ricos echaban grandes cantidades. Pero una viuda pobre llegó y echó dos moneditas de muy poco valor.
    Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Les aseguro que esta viuda pobre ha echado en el tesoro más que todos los demás. Éstos dieron de lo que les sobraba; pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento.»
    Algunos datos importantes:
- Era viuda, no le sobraba el dinero.
- Jesús reconoce en ella que en su pobreza “Dio todo su sustento” o “Dio todo lo que tenía” como dice la versión Reina Valera.
- Hay algunos que echan las sobras dice Jesús. ¿Cuánto valor tiene un billete  de Bs 500  en la ofrenda dominical de nuestros cultos y cuan poco valor tiene cuando vamos a los negocios  o a comprar algo que nos gusta?
 
    IV. La labor de la Iglesia.
    La Iglesia debe capacitar a sus miembros en esta área desde la perspectiva bíblica, a fin de que los verdaderos creyentes puedan dar un fiel testimonio y enseñar que  la mayordomía no es ordenar sus finanzas de manera que pueda gastar lo que quiera. Es ordenar su vida de tal manera que Dios pueda usarlo como Él quiera.
    Debemos comenzar ya a entender que somos nosotros, los que formamos parte de la iglesia local como miembros de ella, los responsables  de cubrir los gastos del mantenimiento de nuestro local, pago de servicios públicos, pago de hermanos que trabajan como obreros para mantener  nuestras actividades; entre ellas el programa de radio semanal.
     
    V. Conclusiones.
    Resumiendo entonces, amable  hermano, diríamos que para ser buenos mayordomos del dinero, las posesiones, los negocios, necesitamos formar actitudes bíblicas sobre esta materia.
    Hemos considerado dos actitudes indispensables. La primera que la riqueza, cualquiera que sea pertenece a Dios. La segunda que la riqueza cualquiera que sea es un don o un regalo inmerecido de Dios al hombre. En nuestros próximos estudios bíblicos seguiremos tratando acerca de este tema tan importante.
    Que Dios en su gracia permita que usted incorpore estas actitudes a su vida personal, sin importar si Dios le ha confiado poco o mucho para administrar como mayordomo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Que prediques la Palabra Buenos días amados hermanos, Dios nos continúe bendiciendo en esta hermosa mañana. 2da a Timoteo 4:1-5 "Te sup...