Particularmente la actual “crisis” traerá grandes beneficios a la iglesia si se entiende desde los parámetros bíblicos. Si nuestras familias aprovechan el tiempo de permanencia, cercanía y espacios para estrechar lazos; podremos aprovechar el escenario para orar, leer la escritura, cantar himnos, recitar y meditar salmos y escritos bíblicos que apunten al crecimiento, conocimiento y seguridad del Señor en tan difíciles momentos; recordando y atesorando pasajes como el de Romanos 8:28; el cual afirma que TODAS las cosas ayudan a bien a aquellos que son llamados conforme al propósito del Señor; y por supuesto, que detrás de todo esto, existe un propósito celestial, poderoso y majestuoso de Dios; contrastado con la fragilidad mostrada por las grandes “potencias” a nivel mundial y sus gobiernos que parecían ser “superpoderosos” con economías sin aparentes fisuras; tambaleandose en tan solo unos pocos meses; siendo el gobierno y estabilidad del Señor al que se apunte y empuje desde los propósitos infinitos de Dios que para los “necios” e incrédulos, vienen a ser fantasiosos o sin razón.
Debemos entender los tiempos con cuidado, ser precavidos, atender y acatar las normas; sin descuidar la comunión intima con el Señor, sabiendo que el adversario y enemigo de Dios , también se maneja en esferas oscuras, usando todo su arsenal para aturdir mentes y provocar sosobra, desesperanza, ansiedad y muchas otras actitudes que traten de quebrar nuestra fe y la hagan frágil y simple; no siendo está fe aquella que ha vencido al mundo y que representa al Señor. Es tiempo de ser leales representantes del Señor, sabios, amadores de Dios y de nuestros prójimos; momentos que vendrán a ser parte del fuego que purifica y nos hace sólidos y valiosos en manos del Señor.
Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en la tribulación.

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